INDICE DE RESULTADOS

 Características sociodemográficas

 Consumo de tabaco

 Consumo de bebidas alcohólicas

 Consumo de sustancias psicoactivas

 Problemas emergentes

Variables asociadas al consumo de drogas

 Entorno social del adolescente

 Percepción de riesgo del consumo de sustancias

 El ambiente escolar

 La escuela como agente protector del adolescente

 Percepción de la tolerancia del docente ante el consumo de drogas

 Inseguridad social en torno a la escuela

 Características percibidas del docente

 Autopercepción del aprendizaje logrado

 Apoyo social hacia el adolescente

 

 

RESULTADOS

CARACTERISTICAS SOCIODEMOGRAFICAS

De la muestra evaluada (Figura 1), el 51.9% son mujeres y el 48.1% son hombres. La mayoría de ellos tiene 14 años o menos (54%), y asiste al nivel secundaria (61%).  

Los que asisten a bachillerato son el 27.6% y a escuelas técnicas sólo asiste el 11.4% de la muestra (Figura 2). 

Además, la mayoría de los adolescentes, tanto hombres como mujeres, fueron estudiantes de tiempo completo el año anterior al estudio y sólo el 7.3% de los hombres y el 5.3% de las mujeres no fueron estudiantes el año anterior al estudio (Figura 3).

CONSUMO DE TABACO

El consumo de tabaco alguna vez, ha afectado a más del 50% de los estudiantes y por igual a hombres (58.7%) que a mujeres (52.3%).

En cuanto al consumo actual (Figura 4), el porcentaje de usuarios se reduce a menos de la mitad (21.9%), la población masculina es la más afectada (24.3%). De hecho, un 6.4% de los estudiantes han consumido tabaco 20 días o más en el mes previo a la encuesta. 

Al analizar el consumo de tabaco por nivel educativo (Figura 5), el porcentaje de usuarios activos de nivel secundaria es bajo (13.7%), en comparación con los de bachillerato (34.4%) y los de escuelas técnicas (35.3%).

Al considerar la edad de los adolescentes (Figura 6), se observa que el porcentaje de consumidores de 14 años o menos, es casi la mitad de los que tienen 18 años o más. Aún así, un porcentaje importante (36.9%) de adolescentes de 17 años -menores de edad- ha fumado en el último mes.

Si se analizan los datos de consumo del adolescente, en relación con el nivel educativo del jefe de familia (Figura 7), llama la atención el hecho de que hay un porcentaje ligeramente mayor de fumadores (22%, para el consumo actual), en las familias donde el jefe de familia tiene una escolaridad secundaria o mayor, en comparación con las que el jefe de familia tienen primaria o menos (20.9%). 

Las delegaciones más afectadas por el consumo actual de tabaco (Figura 8), son Azcapotzalco (27.2%) y Tlalpan (25.9%), ya que el consumo aquí es significativamente mayor que el promedio del Distrito Federal. Las delegaciones menos afectadas por el consumo de tabaco son Milpa Alta (16.5%) y Cuajimalpa (17.5%).

CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHOLICAS

El consumo de alcohol es, junto con el consumo de tabaco, el principal problema de salud, en nuestro país, por el uso de sustancias. Específicamente, para la Ciudad de México el 54% de los adolescentes han consumido alcohol alguna vez en su vida y el 30% la ha consumido en el último mes.

Al analizar el consumo por sexo (Figura 9), la población masculina (33.2%), resulta más afectada que la femenina (27.2%), aunque la diferencia porcentual es pequeña. 

En cuanto al nivel educativo (Figura 10), el 21.1% de los adolescentes de secundaria ha consumido alcohol en el último mes. Para las escuelas de educación media superior, este porcentaje se duplica. En las escuelas técnicas el 39.3% de los adolescentes ha bebido alcohol en el último mes, y en los bachilleratos el 46.3%.

En cuanto a la edad de los adolescentes (Figura 11), al igual que con el tabaco, se observa que el porcentaje de consumidores de 14 años o menos, es casi la mitad en relación con los que tienen 18 años o más. Asimismo, un porcentaje importante (49.8%) de adolescentes de 17 años ha bebido alcohol en el último mes. 

Por otro lado, se presenta un consumo ligeramente mayor de alcohol en los adolescentes donde el jefe de familia tiene una escolaridad de secundaria o mayor (Figura 12), con relación a los adolescentes cuyo jefe de familia tiene una escolaridad de primaria o menor. 

Las delegaciones políticas más afectadas por el consumo de bebidas alcohólicas son (Figura 13): Gustavo A. Madero (56.8%), Azcapotzalco (35.9%), Miguel Hidalgo (31.3%), Cuauhtémoc (32.4%), Benito Juárez (39.6%), Coyoacán (33%) y Tlalpan (31.3%). Delegaciones que muestran un porcentaje superior al promedio del Distrito Federal.

Adicionalmente, los resultados indican que 23% de los estudiantes consumen 5 copas o más por ocasión de consumo, al menos una vez al mes. Esta conducta representa un riesgo para accidentes, por ejemplo, 3% reportó haber manejado un coche o motocicleta mientras bebía o justo después de haber bebido; 5% ha tenido accidentes como caídas, fracturas o golpes.

CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS

La prevalencia total de consumo de drogas es del 9%, porcentaje similar al de 1993 (incluye mariguana, cocaína, inhalables, anfetaminas, alucinógenos y heroína).

Los hombres (Figura 14), son el subgrupo más afectado por el consumo actual (5%), en comparación con las mujeres (3%). 

Considerando todas las drogas, el consumo de cualquier droga, alguna vez en la vida, es mayor para los hombres (14.6%). De la población total, el 7.8% es usuario experimental y el 3.7% es usuario regular (ha probado drogas en más de 5 ocasiones).

Por nivel educativo (Figura 15), el consumo de sustancias afecta mayormente a los estudiantes de bachillerato (15.5%) y a los adolescentes de escuelas de bachillerato técnico (14.8%). En tanto, en secundaria sólo afecta al 9.1%. 

Por lo que respecta a las sustancias en particular, a diferencia de los estudios anteriores, la mariguana (5%), ocupa el primer lugar de las sustancias preferidas por los adolescentes, siguiendo el consumo de cocaína (4.1%), inhalables (3.9%) y de tranquilizantes (3.2%).

Tanto el consumo de la mariguana como de la cocaína se ha incrementado de manera significativa con relación a la medición de 1993. Incluso el número de usuarios de cocaína ha cambiado de 1.6% a 4.1% (Figura 16). Aunque el porcentaje global de usuarios se ha mantenido similar en los últimos años (Figura 17).

En los últimos 5 años se ha duplicado la proporción de adolescentes que han experimentado con cocaína (2% en 1993, 4% en 1997). El número de estudiantes que reporta haber usado esta sustancia en los 30 días previos al estudio no ha aumentado de manera significativa (0.6% en 1993 y 1.1% en 1997). En tanto, la experimentación con mariguana ha aumentado de 3% a 5% y el uso en el mes previo se mantuvo estable (1.1% y 1.2%). 

Cuando se analizan estas tendencias por sexo en el consumo durante el último año (Figura 18a), se observa que ha disminuido ligeramente la proporción de hombres que han inhalado disolventes (4% a 3%), y que ha aumentado el índice de experimentación con cocaína (1% a 4%) y de mariguana (2% a 5%).

Por otra parte, a pesar de que una proporción menor de mujeres ha experimentado con drogas (Figura 18b), en ellas se observa un incremento en el consumo para todas las drogas el cual es más marcado que para los hombres. Por ejemplo, el consumo de mariguana ha aumentado 6 veces (0.3% a 1.82%) y el de cocaína ha aumentado 7 veces (0.2% a 1.4%). 

En cuanto a las preferencias del uso de drogas (Figura 19) para las mujeres la droga de mayor preferencia son los tranquilizantes (3.8%) seguidos por la mariguana (2.6%), los inhalables (2.5%) y la cocaína (2%). En tanto que para los hombres el orden es mariguana (7.5%), cocaína (6.1%), inhalables (5.4%) y tranquilizantes (2.7%).

Adicionalmente, destaca el porcentaje de hombres que han probado alguna vez crack (2.5%).

Por nivel educativo, dichas preferencias cambian (Figura 20), de manera que en las escuelas de bachillerato técnico, se presentan igual que por sexo. Sin embargo, en los bachilleratos el uso de los tranquilizantes es superior (4.1%) al de los inhalables (3.5%). Además, en las escuelas secundarias, la droga de mayor uso son los inhalables (4%), y le siguen la mariguana (2.8%), los tranquilizantes (2.8%) y la cocaína (2.5%). Este aspecto es muy importante, ya que señala que en el nivel secundaria, la droga de mayor riesgo son los inhalables, lo que es consecuente con las tendencias de estudios anteriores. 

Con relación a la edad (Figura 21), se observa a los inhalables como la principal sustancia antes de los 15 años y después decrece el número de usuarios. En tanto, para la cocaína y la mariguana, este porcentaje se incrementa notablemente a partir de los 15 años.

Por otra parte, a diferencia de lo que pasa con el alcohol y el tabaco, el consumo de drogas (mariguana, cocaína, inhalables y tranquilizantes) en el último año es mayor hasta en un 1% para los adolescentes quienes su jefe de familia tiene una escolaridad de primaria o menor (Figura 22).

Las delegaciones más afectadas por el uso en el último año de mariguana (Figura 23), son Benito Juárez (4.2%), Coyoacán (4.5%) y Tlalpan (4.5%), en las cuales hay un consumo superior al promedio de toda la Ciudad de México. 

En cuanto al consumo en el último año de cocaína (Figura 24), la delegación más afectada es la Venustiano Carranza (3.8%), ya que es la única con un promedio superior al del Distrito Federal. En tanto, las delegaciones menos afectadas son Tlalpan (1.6%), Xochimilco (1%) y Milpa Alta (0.9%). 

En cuanto al consumo de inhalables en el último año a la encuesta (Figura 25), las delegaciones con mayor problemática son Miguel Hidalgo (3.1%), Iztacalco (3.5%) e Iztapalapa (4%). 

Finalmente, en cuanto al consumo en el último año de tranquilizantes (Figura 26), las delegaciones con más alta prevalencia son Venustiano Carranza (3.3%) y Benito Juárez (3.4%). 

PROBLEMAS EMERGENTES

En el cuestionario de esta encuesta se incluyó una sección donde se preguntó al adolescente si había consumido alguna nueva sustancia como el éxtasis o tachas, el refractil, el rohypnol o el nubain, entre otras. Drogas que se han detectado de nuevo uso a partir de otras investigaciones de corte cualitativo.

Los resultados indican que el 0.9% de los adolescentes ha probado éxtasis, 0.7% refractil, 0.3% rohypnol y 0.3% nubain.

Los usuarios que han experimentado principalmente con estas drogas son hombres de 17 años o más, de nivel bachillerato y el jefe de familia tiene una escolaridad de primaria o menos. 

VARIABLES ASOCIADAS AL CONSUMO DE DROGAS

Entorno social del adolescente

Para evaluar este aspecto, se les preguntó a los adolescentes; por un lado, qué tan fácil o difícil es para ellos obtener drogas, y por otro lado, si sus familiares o amigos han consumido drogas.

Los resultados indican que 35% de los hombres y 23% de las mujeres consideran que es fácil o muy fácil conseguir drogas.

Además, el 2.5% de los adolescentes reportan que su papá ha consumido drogas, el 0.7% reporta que su mamá las ha consumido y 4.4% indica que alguno de sus hermanos las ha consumido (Figura 27).  

Sin embargo, 15.3% reporta que su mejor amigo consume drogas. Esto se presenta en forma muy similar tanto en los hombres (16.1%) como en las mujeres (14.4%).

Percepción de riesgo del consumo de sustancias

Se observa que la mayoría de los adolescentes (82.6%), consideran muy peligroso el consumo de sustancias como la mariguana o la cocaína (Figura 28). Porcentaje que es muy similar entre los hombres (78.4%) y las mujeres (86.5%).

Sin embargo, esta percepción de riesgo disminuye notablemente cuando la sustancia es el alcohol (sólo un 55% considera peligroso su consumo frecuente) o para fumar cigarros diariamente (52.4%). Para el alcohol y el tabaco, los porcentajes de los hombres y las mujeres son muy similares. 

La percepción de riesgo se presenta de manera semejante en cada uno de los niveles educativos sin haber gran diferencia entre ellos. Sólo en el caso del tabaco, los estudiantes de secundaria (58%), tienen una percepción de riesgo mayor que los estudiantes de bachillerato (42%) y que los de bachillerato técnico (48%).

El ambiente escolar

En esta sección se abordan aspectos relacionados directamente con el entorno escolar del adolescente. En especial, se revisa la función protectora de la escuela ante el consumo de drogas; qué tan tolerantes perciben los adolescentes a sus maestros ante el consumo de sustancias y la función que cubre la escuela y el docente ante sus educandos como figura de protección y apoyo, respectivamente.

La escuela como agente protector del adolescente

Una de las preguntas más importantes del presente estudio es saber si la escuela, con las actividades que circunda a esta, funciona como un elemento que protege al adolescente ante el posible consumo de sustancias.

Para estudiar esto, un indicador que se ha venido utilizando es saber si el adolescente asistió a la escuela durante el año anterior al estudio y cuánto tiempo le dedicó a estudiar.

Al analizar este indicador junto con el del consumo de sustancias, se encontró que los menores porcentajes de consumo de tabaco, alcohol y drogas, pertenecieron a los adolescentes que asisten de tiempo completo a estudiar.

Así, por ejemplo, para el tabaco, un 19.5% de adolescentes que asistieron regularmente, consumen actualmente tabaco. En tanto, que el porcentaje para los que no fueron estudiantes durante el año pasado, es de 35%, que representa casi el doble (Figura 29). 

En cuanto al alcohol, la situación es similar. El 39% de los que no asistieron el año pasado actualmente consumen alcohol en comparación con el 28% de los estudiantes de tiempo completo (Figura 30).

Un indicador de abuso de alcohol es el consumir 5 ó más copas en el mes previo al estudio. En este contexto, el 33% de los que no asistieron a la escuela el año previo al estudio, han abusado del alcohol, cifra que disminuye un 13% para los adolescentes que asistieron regularmente. 

Para las drogas, se observa que el más alto porcentaje de consumo regular corresponde a los que no asistieron a la escuela el año anterior al estudio (8.5%), que representa más de 2.5 veces el porcentaje de usuarios regulares que asistieron de tiempo completo a la escuela (3%).

Si bien se muestra claramente el papel protector de la escuela ante el consumo (Figura 31), esto no significa que se deba bajar la guardia ante esta problemática. Aunque los porcentajes de consumo son bajos en la población que ha asistido regularmente a la escuela, dichos porcentajes muestran que estos adolescentes también han sido afectados por el problema. 

Percepción de la tolerancia del docente ante el consumo de drogas.

En términos generales, los alumnos perciben poca tolerancia por parte de sus maestros ante el consumo de sustancias (Figura 32). Las sustancias que perciben como menos toleradas son las drogas ilegales (94%), el alcohol (85%) y el tabaco (72%). Estos porcentajes se presentan en forma muy similar tanto en hombres como en mujeres.

En cuanto al nivel educativo del adolescente, se percibe muy poca tolerancia ante el consumo de drogas en los tres niveles (Figura 33). Sin embargo, tanto para el alcohol como para el tabaco, se percibe menos tolerancia en los alumnos de secundaria, con relación a los alumnos de bachillerato y técnicas. En el caso del tabaco, se percibe un porcentaje importante de mayor tolerancia en los alumnos de los dos últimos niveles.

Inseguridad social en torno a la escuela

La mayor parte de los adolescentes están de acuerdo con que su escuela es un lugar seguro (Figura 34). Además, una baja proporción (16%) menciona que sus compañeros son peligrosos y un porcentaje más alto (33%) indica que hay muchos asaltos cerca de su escuela. 

Por nivel educativo (Figura 35), un porcentaje ligeramente mayor de estudiantes de secundaria menciona que su escuela es un lugar seguro, en comparación con los estudiantes de escuelas de bachillerato y técnicas. Los resultados sobre si hay compañeros peligrosos y si hay muchos asaltos por su escuela, son similares entre los tres niveles y los porcentajes son bajos. 

Características percibidas del docente

Entre un 40% y un 45% de los adolescentes, hombres y mujeres, perciben a su maestro como alguien amable (Figura 36). Pocos los consideran injustos (12%), o que los tratan mal (6.4%), o que enseñan mal (7%). 

Esta misma tendencia se ve reflejada por nivel educativo (Figura 37), donde las diferencias son mínimas entre ellos.

Autopercepción del aprendizaje logrado

Cerca del 44% de los adolescentes están de acuerdo con que el aprendizaje que obtienen en la escuela puede aplicarse en la práctica. Un mayor porcentaje de estudiantes (61%) percibe que lo que se aprende son cosas prácticas y actuales; en tanto un porcentaje similar (62%) considera que lo que aprenden en la escuela les ayudará a encontrar un mejor empleo.

Resalta el hecho de que casi las tres cuartas partes de los adolescentes recomendarían su escuela. En todos estos aspectos el comportamiento entre hombres y mujeres (Figura 38) es muy similar, al igual que entre los diferentes niveles educativos (Figura 39). 

Apoyo social hacia el adolescente

En esta sección se manejaron 2 indicadores. Por un lado, se le preguntó al adolescente con qué frecuencia recurre a sus papás, algún otro familiar, un maestro o a un amigo o a alguna persona cercana cuando tiene un problema que le preocupa mucho. El segundo indicador consistió en preguntarle al adolescente qué tanto sigue los consejos que estas mismas personas le dan.

Los resultados indican que para las mujeres la principal persona a la que recurren es a sus amigos(as). En tanto, los hombres recurren con mayor frecuencia a sus papás (segunda opción de las mujeres). Tanto otro familiar (33%) como algún maestro (15%) son las figuras a quienes recurre el adolescente con menos frecuencia (Figura 40).

La situación es muy similar cuando se analiza por nivel educativo (Figura 41), aunque resalta el hecho de que para los adolescentes que asisten a escuelas de nivel bachillerato, la opción principal es recurrir a un amigo (64%).

Cuando se precisa qué tanto le hacen caso a un consejo que les den estas personas (Figura 42), los adolescentes indican darle mayor peso a un consejo de los papás (60%), de los maestros (35%) y, finalmente, de los amigos (24%). En todos los casos, el porcentaje es ligeramente mayor para las mujeres que para los hombres.

En lo referente al dominio de estudio, esta relación es muy similar, de manera que se conserva el hacerle más caso a los papás, después a los maestros y finalmente a los amigos (Figura 43).

El resultado es relevante en el contexto de que la segunda fuente de apoyo percibida por el adolescente es su maestro y no los amigos.