CONCLUSIONES
En primer instancia, el estudio señala un ligero incremento en el consumo de drogas en los últimos 3 años, fue del 14.7% al 15.2%, que no es un aumento estadísticamente significativo.
No obstante, al interior de las sustancias se observan situaciones distintas. Por un lado, el incremento en la mariguana es grande; en tanto que en los inhalables y en los tranquilizantes el consumo se mantiene estable y el de la cocaína decrece ligeramente.
Al analizar estos resultados por hombres y mujeres, se encontró que los niveles de consumo de las mujeres han incrementado, en tanto que en los hombres se ha mantenido o ha disminuido ligeramente.
En este contexto, la preferencia por tipo de droga se mantiene muy similar a la reportada hace tres años, de manera que el primer lugar lo ocupa la mariguana y le siguen los inhalables, tranquilizantes y la cocaína con niveles de consumo similares, entre las tres últimas. En el caso de las mujeres la droga de mayor preferencia son los tranquilizantes.
Por lo que respecta a las drogas legales, el consumo de alcohol se ha incrementado, en tanto que el consumo de tabaco se mantiene similar al de la encuesta del 2000. Un cambio importante que ya ha sido señalado, es que el nivel de consumo de ambas sustancias es prácticamente igual entre hombres y mujeres. En el caso específico del abuso de alcohol, se encontró un incremento del 2%, de manera que actualmente 23.8% de los adolescentes han consumido por lo menos 5 copas en la misma ocasión durante el último mes al estudio.
También la radiografía regional de la ciudad de México de esta problemática ha cambiado. De manera que las delegaciones más afectadas por el consumo de drogas son Azcapotzalco, Venustiano Carranza, Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, las cuales han desplazado a Gustavo A Madero y a Coyoacán, que en el estudio del 2000 fueron las de mayor consumo. Este dato es importante, considerando que la SEP desarrolló esfuerzos puntuales de prevención en las dos últimas delegaciones mencionadas para disminuir el consumo, lo cual se logró conforme los datos de este estudio.
Adicionalmente, es importante considerar esta nueva radiografía del problema y nuevamente cruzar con los indicadores de criminalidad y otras conductas delictivas, para compartir esfuerzos de prevención, en las zonas más afectadas de la ciudad
Otro dato de interés obtenido es el bajo nivel de percepción de riesgo en el consumo de tabaco y alcohol, que es un precursor importante del consumo de otras drogas, especialmente si el inicio del consumo de estas sustancias es a edades tempranas.
Al ver el contexto del consumo de drogas con otras problemáticas de los adolescentes, se observa una importante presencia de intento suicida, que de hecho es la situación más frecuentemente reportada por nuestras adolescentes (16%), aún por encima del consumo de drogas.
Adicionalmente en el estudio (se reporta en la sección de niveles educativos), encontramos un porcentaje importante de adolescentes que menciona tener conductas alimentarias de riesgo, de posible trastorno por déficit de atención, de adolescentes que inician su vida sexual sin el uso de condón o de algún anticonceptivo que los protejan de embarazarse a edad temprana o de adquirir alguna enfermedad de transmisión sexual, de adolescentes que han sido abusados sexualmente, de adolescentes que reportan que en su casa alguno de sus papás tiene problemas por el abuso de alcohol (más del 10%). Datos que nos hacen reflexionar sobre la problemática que viven los y las adolescentes y que en conjunto deben darnos pauta para las acciones preventivas a realizar.
Aunque el panorama parece altamente problemático, el sector menos afectado es el de los adolescentes que continúan sus estudios, en comparación con los que ya han desertado o interrumpido sus estudios.
En relación al efecto de iniciar temprano el consumo de alcohol y tabaco y su impacto sobre el consumo de otras drogas y al análisis de la relación entre el consumo de drogas con otras conductas problemáticas o de posible riesgo para el adolescente, son aspectos que se irán analizando en los próximos meses y que, además de las publicaciones que se irán generando, se integrarán como resultados de la investigación en las próximas versiones de este trabajo.
Por lo que se refiere a la autoevaluación de los estudiantes (con el folleto que se les entrego al final de la aplicación a cada estudiante), aún cuando se presentarán los resultados en una publicación específica, mencionaremos que fueron bastante positivos. Principalmente se obtuvo que un 15% de los adolescentes indicó dejar de fumar y un porcentaje similar indicó fumar menos. Otro 15% menciona haber usado los teléfonos de las líneas de ayuda que vienen en el folleto y más del 60% comentó los contenidos del folleto con sus familias. La mayoría ha conservado el folleto para futuras consultas y también se lo han prestado a sus amigos. Estos datos son alentadores para las prácticas de prevención en este contexto. De hecho, consideramos conveniente reforzar el efecto de estas medidas con estrategias que le den continuidad a la intervención (posteriores mensajes a través de carteles o actividades de los estudiantes en las escuelas, que hagan referencias a los contenidos del folleto), de manera que se maximice su efecto preventivo.
Por último, es importante señalar que la prevención debe iniciarse desde la infancia y la niñez, no solo durante la adolescencia. A esta tarea tenemos que destinar los mayores recursos humanos posible.
El punto es sencillo, las posibilidades de lograr mejores resultados bajo esta concepción son mayores, ya que la interacción con los niños y su completa integración en el hogar en esa edad facilitan la tarea preventiva. Durante la infancia y la niñez el ser humano es más receptivo a este tipo de medidas y se puede trabajar mejor y en forma más sencilla con sus familias. Así, cuando crezcan será más fácil comunicarnos con nuestros y nuestras adolescentes y podremos estar en la misma sintonía para apoyarlos y apoyarlas en el proceso de la formación de su identidad.
Aunque se trabaja a más largo plazo, los resultados
serán mejores y podremos ofrecerles mejores opciones a las nuevas generaciones
a partir de construir juntos una mejor cultura de la prevención.