INDICE DE RESULTADOS

 


1. Características sociodemográficas

 


2. Prevalencias del Consumo de Drogas

 

a) Consumo de tabaco

b) Consumo de bebidas alcohólicas

c) Consumo de sustancias psicoactivas

 


Variables asociadas al consumo de drogas

 


3. Disponibilidad de sustancias en el entorno social del adolescente y riesgo percibido

 


4. El ambiente escolar como agente protector del adolescente

 

 

 

 

 

RESULTADOS

 

CARACTERISTICAS SOCIODEMOGRAFICAS

 

De la muestra evaluada, el 50.2% fueron mujeres y el 49.8% fueron hombres. (Figura 1). La mayoría de ellos tienen 14 años o menos (53.7%), y asisten al nivel secundaria (58.8%). Los que asisten a bachillerato son el 29.8% y a escuelas técnicas sólo asiste el 11.4% de la muestra. (Figura 2).

 

Además, la mayoría de los adolescentes, tanto hombres como mujeres, fueron estudiantes de tiempo completo el año anterior al estudio y sólo el 5.6% de los hombres y el 3.8% de las mujeres no fueron estudiantes el año anterior al estudio. (Figura 3).

 

2. Prevalencias del Consumo de Drogas

a) Consumo de Tabaco


El consumo de tabaco alguna vez, ha afectado al 50% de los estudiantes y similarmente a hombres y mujeres (52.5% y 48.9%, respectivamente) (Figura 4).


En cuanto al consumo actual, el porcentaje de usuarios se reduce a menos de la mitad, siendo la población masculina la más afectada (23.0%).


Al analizar el consumo de tabaco por nivel educativo (Figura 5), el porcentaje de usuarios activos de nivel secundaria es bajo (11.7%), en comparación con los de bachillerato (32.9%) y los de escuelas técnicas (35.3%).


Al considerar la edad de los adolescentes (Figura 6), se observa que el porcentaje de consumidores de 14 años o menos, es menos de la mitad de los que tienen 18 años o más. Aún así, un porcentaje  importante (36.3%)  de  adolescentes de 17 años (adolescentes menores de edad) han fumado en el último mes. El cambio más drástico se presenta de los 14 a los 15 años, ya que ahí se observa como se duplica la proporción de consumidores.


Si se analizan los datos de consumo del adolescente, en relación con el nivel educativo del jefe de familia, llama la atención el hecho de que hay un porcentaje ligeramente mayor de fumadores (21.1%, para el consumo actual), en las familias donde el jefe de familia tiene como nivel mínimo de escolaridad la secundaria o más, en comparación con las que el jefe de familia tienen primaria o menos (19.9%).(Figura 7)


Las delegaciones más afectadas por el consumo actual de tabaco (Figura 8), son Benito Juárez (24.7%), Coyoacán (23.6%), Gustavo A. Madero (24.9%), Iztapalapa (23.5%) y Magdalena Contreras (22.4%), ya que el consumo aquí es significativamente mayor que el promedio del Distrito Federal.


b) Consumo de Bebidas Alcohólicas


Para el Distrito Federal se encontró que el 61.4% de los adolescentes ha usado alcohol alguna vez en su vida y un 31.9% lo ha consumido en el último mes.


Al analizar este consumo por género (Figura 9), la población masculina (34.0%), resulta más afectada que la femenina (29.9%), aunque la diferencia porcentual es pequeña.


En cuanto al nivel educativo, en secundaria el 22.6% de los adolescentes ha consumido alcohol en el último mes. Para las escuelas de educación media superior, este porcentaje se duplica, de manera que en las escuelas técnicas el 50.1% de los adolescentes han bebido alcohol en el último mes, y en los bachilleratos el 43.4%. (Figura 10)


En cuanto a la edad de los adolescentes (Figura 11), al igual que con el tabaco, se observa que el porcentaje de consumidores de 14 años o menos, es menor a la mitad de los que tienen 18 años o más. Asimismo, la mitad de los adolescentes de 17 años han bebido alcohol en el último mes, aún cuando son menores de edad.


Por otro lado, se presenta un consumo mayor de alcohol (4.2% más en el consumo actual) en los adolescentes donde el jefe de familia tiene una escolaridad de secundaria o mayor, con relación a los adolescentes cuyo jefe de familia tiene una escolaridad de primaria o menor.(Figura 12)


Las delegaciones políticas más afectadas por el abuso de bebidas alcohólicas son (Figura 13); Alvaro Obregón (23.1%), Benito Juárez (25.7%), Cuauhtémoc (24.6), Gustavo A. Madero (26.1%) e Iztapalapa (25.7%). Estas delegaciones muestran un porcentaje superior al promedio del Distrito Federal. Los resultados indican que 21.4% de los estudiantes consumen 5 copas o más por ocasión de consumo, al menos una vez al mes. Porcentaje similar al reportado en la encuesta pasada.


c) Consumo de Sustancias Psicoactivas


La prevalencia total de consumo de drogas fue del 14.7%, porcentaje mayor al de 1997 en casi un 3%. Al ver el consumo en el último año y en el último mes, las cifras son de 9.7% y 5.3%, respectivamente.


Los hombres, son el subgrupo más afectado por el consumo actual (6.2%), en comparación con las mujeres (4.4%), aunque la diferencia es pequeña (Figura 14).


El consumo de cualquier droga, alguna vez en la vida, es mayor para los hombres (16.8%). De la población total, el 10% es usuario experimental, y el 4.7% es usuario regular (ha probado drogas en más de 5 ocasiones).


Por nivel educativo, el consumo de sustancias afecta en mayor medida a los adolescentes de escuelas de bachillerato técnico (23.1%) que a los de bachillerato (19.9%). En tanto que en secundaria afecta al 10.5% de los adolescentes (Figura 15).


Por lo que respecta a cada sustancia, la mariguana (5.8%), ocupa el primer lugar de preferencia por los adolescentes, y le sigue el consumo de cocaína (5.2%), el de  tranquilizantes (4.8%) y el de inhalables (4.3%).  Tanto el consumo de la mariguana como de la cocaína se ha incrementado de manera significativa con relación a la medición de 1997 (Figura 16).


En los últimos 7 años se triplicó la proporción de adolescentes que han experimentado con cocaína  (de 1.6% en 1993 a 5.2% en el 2000). El número de estudiantes que reportó haber usado esta sustancia en los 30 días previos al estudio no aumentó de manera significativa (0.6% en 1993, 1.1% en 1997 y 1.2 en el 2000). En tanto, la experimentación con mariguana aumentó de 3% en 1993 a 5% en 1997 y a 5.8% en el 2000, y el uso en el mes previo se mantuvo similar (de 1.1% a 1.8%).


En cuanto a las preferencias del uso de drogas, para las mujeres la droga de mayor preferencia son los tranquilizantes (5.8%) seguidos por la mariguana (3.3%), los inhalables (3.1%) y la cocaína (2.9%). En tanto que para los hombres el orden es mariguana (8.3%), cocaína (7.4%), inhalables (5.5%) y tranquilizantes (3.9%) .(Figura 17a, Figura 17b, Figura 20). Adicionalmente, destaca el porcentaje de adolescentes hombres que han probado alguna vez crack que es del 3.3%.


Cuando se analizan estas tendencias por sexo en el consumo durante el último año (Figura 18), se observa que en este lapso disminuyó ligeramente la proporción de hombres que han inhalado disolventes (de 3.7% a 2.8%), y que aumentó el consumo de cocaína (1% a 4.4%), así como el de mariguana (de 2.2% en 1993 a 5% en el 2000).


Por otra parte, aunque una proporción menor de mujeres han experimentado con drogas, en ellas se observa un incremento en el consumo para todas las drogas en especial entre 1993 y 1997, manteniéndose muy similares los niveles de consumo entre 1997 y el 2000 (Figura 19).


Por nivel educativo, dichas preferencias cambian, de manera que en las escuelas de bachillerato técnico, se prefiere a la mariguana y a la cocaína (ambos con 11.1%)  después a los inhalables (6.9%) y a los tranquilizantes (6.7%) . Para el bachillerato, las preferencias son mariguana (9.8%) y después la cocaína (7.8%), seguido por los tranquilizantes (7%) y los inhalables (3.2%). En tanto, para secundaria la principal preferencia es para los inhalables (4.3%), los tranquilizantes (3.4%) y la mariguana y la cocaína (ambos con 2.7%).(Figura 21).


Con relación a la edad (Figura 22), se observa a los inhalables como la principal sustancia antes de los 15 años y después decrece el número de usuarios. En tanto, para la cocaína y la mariguana, este porcentaje se incrementa notablemente a partir, precisamente, de los 15 años.


Al igual que ocurre con el consumo de alcohol y tabaco, el consumo de drogas (mariguana, cocaína, inhalables y tranquilizantes) en el último año es ligeramente mayor para los adolescentes de quienes su jefe de familia tiene una escolaridad de secundaria o mayor. (Figura 23).


Las delegaciones más afectadas por el uso en el último año de mariguana (Figura 24), fueron Benito Juárez (5.4%), Coyoacán (5.0%), Gustavo A. Madero (5.3), Iztapalapa (4.4) y Tlalpan (5.4%), en las cuales se encontró un consumo superior al promedio de todo el Distrito Federal.


En cuanto al consumo de cocaína en el último año, las delegaciones más afectadas fueron Azcapotzalco (3.7%), Benito Juárez (3.3%), Coyoacán (3.6%), Gustavo A. Madero (4.9%) e Iztapalapa (4.4%) (Figura 25)


En cuanto al consumo de inhalables en el último año a la encuesta, las delegaciones con mayor problemática fueron Alvaro Obregón (3.2%), Iztapalapa (4.2%), Magdalena Contreras (2.7%)y Tlahuac (4%) (Figura 26).


Finalmente, en cuanto al consumo de tranquilizantes en el último año, las delegaciones con más alta prevalencia fueron Alvaro Obregón (3.6%), Benito Juárez (5%) y Gustavo A. Madero (4.4%) (Figura 27).


En relación con el consumo de otras sustancias en las que se ha reportado un incremento en su consumo, los datos de la encuesta indicaron que el 2.5% de los adolescentes han probado éxtasis, 0.7% refractil, 0.3% rohypnol y 0.2% nubain.


Los usuarios que han experimentado principalmente con estas drogas son hombres de 17 años o más, de nivel bachillerato y el jefe de familia tiene una escolaridad de primaria o menos.

 

Variables asociadas al consumo de drogas

3. Disponibilidad de sustancias en el entorno social del adolescente y riesgo percibido.


Para evaluar este aspecto, se les preguntó a los adolescentes; por un lado, qué tan fácil o difícil es para ellos obtener drogas, y por otro lado,  si sus familiares o amigos han consumido drogas.


Los resultados indican que un 40.8% de los hombres y un 31.4% de las mujeres consideran que es fácil o muy fácil conseguir drogas.


Además, el 2.8% de los adolescentes reporta que su papá ha consumido drogas, el 0.7% que su mamá las ha consumido y el 4.2% indica que alguno de sus hermanos las ha consumido (Figura 28).


Sin embargo, un 18.4% menciona que su mejor amigo consume drogas. Esto se presenta en forma similar tanto en los hombres (18.3%) como en las mujeres (18.5%).


Por otra parte, se observa que los adolescentes consideran en su mayoría (74.2%), muy peligroso el consumo de sustancias como la mariguana o la cocaína. Porcentaje que es mayor en los hombres (69.9%) con relación a las mujeres (78.4%) (Figura 29)


Sin embargo, esta percepción de riesgo disminuye notablemente cuando la sustancia es el alcohol (sólo un 55.1% considera muy peligroso su consumo frecuente) o para fumar cigarrillos diariamente (48.6%). Para el alcohol y el tabaco, los porcentajes de los hombres y las mujeres son muy similares (Figura 30)


4. El ambiente escolar como agente protector del adolescente


Al analizar el consumo de sustancias con la asistencia a la escuela, se encontró que los menores porcentajes de consumo de tabaco, alcohol y drogas, pertenecieron a los adolescentes que se dedican de tiempo completo a estudiar.


Por ejemplo, para el tabaco, un 18.8% de adolescentes que asistieron regularmente a la escuela, consumen actualmente tabaco. En tanto, que el porcentaje para los que no fueron estudiantes durante el año pasado, fue del 31.3%, que representa casi el doble (Figura 31).


En cuanto al alcohol, la situación es similar, un 30.7% de los que no asistieron a la escuela el año previo al estudio, han abusado del alcohol, cifra que disminuye a 19.5% para los adolescentes que asistieron regularmente (Figura 32).


Para las drogas, se observa que el más alto porcentaje de consumo corresponde a los que no asistieron a la escuela el año anterior al estudio (19.4%), que representa casi el doble de los que asistieron de tiempo completo a la escuela (10.1%). Si bien se muestra claramente el papel protector de la escuela ante el consumo, los índices de consumo son bastante altos como para continuar con las campañas preventivas en esta población (Figura 33).