INTRODUCCION


El consumo de sustancias en la población joven es motivo de gran preocupación. La adolescencia es una etapa de especial riesgo para usar drogas que puede darse, entre otros factores, por curiosidad y búsqueda de sensaciones nuevas, como mecanismo para enfrentar problemas emocionales, de rebelión con la autoridad en el proceso de búsqueda de la propia identidad, con frecuencia ocurre en asociación con una sensación de invulnerabilidad que acompaña esta etapa. Sin embargo también es un hecho que no todos los adolescentes se ven igualmente afectados por el problema, la mayoría no usa drogas, una proporción experimenta con ellas para luego abandonarlas, y un porcentaje menor continúa usando y un segmento desarrolla problemas con las drogas. Una tarea fundamental es evitar que esto ocurra.


La escuela es un escenario ideal para los programas de prevención. Estudios realizados en el país muestran claramente como la familia y la escuela siguen siendo los dos determinantes más importantes para el consumo de sustancias o su prevención (2, 5). La escuela es un agente socializador prioritario, en ella tienen lugar el primer contacto con los pares y con figuras de autoridad distintas a los padres y es al mismo tiempo el entorno en que el sujeto tiene oportunidad de conseguir sus primeros logros socialmente reconocidos. Diferentes estudios muestran que el uso de drogas se relaciona con el bajo rendimiento, un mayor ausentismo y con el abandono escolar (2, 5).

Los adolescentes con conductas problemáticas tienden a mostrar más desapego hacia el entorno escolar y expectativas negativas respecto a su éxito académico. Es también en este escenario en donde los menores  interactúan con los pares y es con ellos en donde tiene las primeras oportunidades de usar drogas. Por otro lado, los menores que permanecen en la escuela tienen menor probabilidad de usar drogas (2).


Los programas de prevención exitosos son los que se elaboran con base en las características que el fenómeno reviste en cada escenario. El uso de drogas es un fenómeno en continuo cambio que se manifiesta de manera distinta en diferentes grupos de la población, la investigación epidemiológica constituye por tanto una base indispensable ya que permite conocer la magnitud del problema y sus tendencias así como dilucidar cuáles son los factores que influyen en la experimentación y el abuso de sustancias así como aquellos que protegen a los adolescentes de incurrir en estas prácticas.


En este reporte global se presentan los resultados de prevalencias de consumo de drogas, alcohol y tabaco de la encuesta de estudiantes realizada en el DF, en estudiantes de enseñanza media y media superior, por parte del Instituto Nacional de Psiquiatría y la Secretaría de Educación Pública, realizada en noviembre del 2000. Los resultados principales de consumo de sustancias de los diferentes estudios realizados antes de 1997 en la población estudiantil, ya han sido reportados previamente (8).


En nuestro país se han realizado, entre otros estudios epidemiológicos en población adolescente, la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA), realizada en hogares y que incluye una submuestra de adolescentes de 12 a 17 años (1);  las dos encuestas del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en niños y adolescentes que trabajan en la calle (6 a 17 años), que son el estudio de 100 ciudades (
4) y el estudio del Distrito Federal (2). La encuesta de estudiantes de nivel medio y medio superior de Guerrero (6) y la de bachillerato realizada en Querétaro (7).


Estos estudios muestran, en la población adolescente, una preferencia mayor por el consumo de mariguana y de cocaína, desplazando a los inhalables como la droga de preferencia. Al analizar el total de consumidores en esta población se observó que el porcentaje se mantuvo estable en un 11.5%. Además, el consumo en las mujeres se ha incrementado en una proporción mayor que la de los hombres, especialmente en cuanto al consumo de la cocaína. (8).


Además, algunas zonas del país, como el Estado de Guerrero, muestran una baja prevalencia de consumo de drogas en los estudiantes y otras como Querétaro, muestran un consumo similar al del Distrito Federal. (6,7).


Por otro lado, los estudios con menores trabajadores, señalan que en esta población sigue siendo el consumo de inhalables el preferido, y en el caso de los menores que ya viven en la calle, encontramos que 1 de cada dos niños consumen alguna droga, lo que lo hace ser una población en alto riesgo.