CONCLUSIONES

 

Los resultados del estudio indican que se ha incrementado el consumo de drogas en los últimos 3 años, el consumo de adolescentes que han experimentado con estas sustancias cambió del 12% al 14.7%. Las sustancias que muestran un mayor incremento son la mariguana, la cocaína y los tranquilizantes, situación que es similar en los resultados obtenidos en otros estudios con población estudiantil (6,7).

Por lo que respecta al alcohol y al tabaco, el consumo del primero se ha incrementado también, en tanto que el tabaco se ha mantenido estable aunque tiende a disminuir ligeramente. Nuevamente llama la atención, el alto índice de estudiantes que están abusando del alcohol (1 de cada 5 adolescentes consumen 5 ó más copas en el último mes), situación en la que es imperante reforzar las medidas preventivas para lograr que el consumo de alcohol sea más responsable y de esa manera evitar los problemas asociados al abuso.

Por otro lado, es importante mencionar que las delegaciones de mayor riesgo son Gustavo A. Madero, Iztapalapa, y Benito Juárez, que en general en ellas se presenta un mayor consumo de drogas que en el resto del Distrito Federal.

Al caracterizar a los usuarios de este estudio, encontramos que la población más afectada por el consumo de drogas son los adolescentes hombres que se encuentran en el nivel medio superior, cuyo jefe de familia tiene escolaridad superior a la de secundaria y que por alguna razón dejó de asistir el año pasado a la escuela.

Sin embargo, aunque es la población masculina la más afectada, no deja de llamar la atención los índices de consumo similares por parte de las adolescentes, en especial en el consumo de alcohol y de tabaco, situación que ya ha sido reportada con anterioridad (8).

Otro aspecto que llama la atención es la disminución en la percepción de riesgo de consumo de mariguana, situación que posiblemente esté facilitando la experimentación con esta sustancia.

La conformación del consumo de sustancias ha cambiado, ahora las adolescentes se involucran más en el consumo de drogas, no solo del alcohol y tabaco, sino también con algunas sustancias psicoactivas como la mariguana y la cocaína. El entorno social también ha permitido una percepción de riesgo menor de consumir algunas sustancias, aunque sigue habiendo una baja tolerancia social ante esta situación.

Bajo este contexto, se destaca la importancia de ofrecer distintas alternativas saludables a los adolescentes que les permitan un mejor desarrollo personal, académico y deportivo. Es importante reforzar las líneas de prevención que el país ha desarrollado y que han sido diseñados tomando en cuenta el entorno de nuestros adolescentes como las del CONADIC (Consejo Nacional Contra las Adicciones), el PEPCA (Programa de evaluación preventiva contra las adicciones) de la Secretaría de Educación Pública, e incluso las desarrolladas por instituciones privadas para apoyar la solución de esta problemática, ya que se ha incrementado constantemente.