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INDICE DE RESULTADOS XOCHIMILCO |
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Para la delegación Xochimilco, se encuestó una muestra de 16 escuelas, 9 de nivel secundaria, 3 bachilleratos y 4 técnicas con un total de 615 estudiantes encuestados. |
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CARACTERISTICAS SOCIODEMOGRAFICAS |
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De
los 615 estudiantes encuestados en la delegación Xochimilco, 52.4%
pertenece al sexo masculino y 47.6% al sexo femenino. En la distribución
por grupos de edad se observa que el 47.3% tiene 14 años o menos,
y el 92.2% es menor de 18 años. |
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El
53.3% de la muestra se ubica en el nivel secundaria, 28.9% en el nivel
bachillerato y el 17.7% en escuelas técnicas. |
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Además,
cuatro de cada cien estudiantes encuestados había dejado los estudios
el año anterior a la encuesta y nueve de cada cien trabajó tiempo
completo durante el mismo periodo. |
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El tabaco y las bebidas alcohólicas son las sustancias más consumidas por los estudiantes encuestados, a pesar de que el 92.2% de ellos son menores de edad y la venta de estos productos les está prohibida. |
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El
47% de los estudiantes encuestados ha fumado tabaco alguna vez. Este
porcentaje es menor al observado en todo el Distrito Federal (50.7%)
(Gráfica 1). |
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Los
índices de uso son mayores entre los varones con relación a las mujeres
(50.3% y 43.3% respectivamente) (Gráfica
2). |
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El
consumo se incrementa con la edad, el 18.9% de los estudiantes de
13 años o menos reporta haber fumado. En tanto, esta conducta se observa
en el 77.4% de los jóvenes de 17 años o más. |
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El
porcentaje más alto de consumo de tabaco de esta delegación se ubica
en los bachilleratos (71.3%) y las escuelas técnicas (62.4%). En tanto,
en las escuelas secundarias el consumo es de 28.7% (Gráfica
3). |
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El
consumo de tabaco es más alto entre aquellos estudiantes que no fueron
estudiantes de tiempo completo (73.2%) o entre aquellos que habían
trabajado medio tiempo (58.9%) (Gráfica
4 y Gráfica 5). |
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El
54.8% de los estudiantes de esta delegación ha consumido bebidas alcohólicas
en alguna ocasión, el 39% lo ha hecho en el último año y el 26.7%
las ha consumido en el mes anterior al estudio. Estos datos reflejan
un menor consumo en los tres tipos de prevalencias para la delegación
Xochimilco con relación a los
resultados observados en el Distrito Federal (61.4%,
43.1% y 31.9% respectivamente) (Gráfica
6). |
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El
uso experimental de alcohol es mayor en los hombres que en las mujeres
(58.4% y 50.9%). También en el consumo del último año los hombres
han consumido más que las mujeres (43.5% y 34.1%). Las diferencias
se incrementan cuando se considera el consumo en el último mes, con
una proporción de casi dos hombres por cada mujer (Gráfica
7). |
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Los
índices de experimentación se incrementan con relación a la edad.
El 31.3% de los estudiantes menores de 14 años reporta haber ingerido
bebidas alcohólicas. En tanto, el 89.6 % de los adolescentes mayores
de 18 años señala haber consumido alcohol. Esta misma tendencia se
observa para el consumo en el último año y en el último mes. |
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El
índice más alto de consumo en el último mes se observa en las escuelas
técnicas (44%), seguidas por los bachilleratos (39.3%) y las secundarias
(14%). |
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El
consumo de alcohol es más alto entre los que estudiaron medio tiempo
(45.5%), o que no estudiaron (55.2%) y entre los que trabajaron medio
tiempo en el año previo a la encuesta (35.7%). |
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Con
relación a la cantidad de consumo, el 2.6% de los estudiantes encuestados
reporta consumir cinco copas o más en una sola ocasión, una o más
veces en la última semana y el 8.1% señala haberlo hecho una o más
veces en el último mes. |
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En
cuanto al tipo de bebidas alcohólicas, los hombres prefieren en primer
término a la cerveza (46%) y después los cocteles (37.9%). En tanto,
las mujeres prefieren en primer lugar los cocteles (36.5%) y en segundo
término la cerveza (33.4%) (Gráfica
8, Gráfica 9 y Gráfica
10). |
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Los
estudiantes entrevistados en esta delegación han experimentado más
frecuentemente con tres tipos de drogas: mariguana (4.6%), inhalables,
(3.1%) y la cocaína (3.1%). |
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Con
relación a las tres prevalencias, se observa que esta delegación tiene
menor consumo de mariguana, cocaína e inhalables con respecto al resto
del Distrito Federal (Gráfica 11). |
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Los
índices de experimentación son más altos en los hombres, con relación
a las mujeres, de manera que por cada seis hombres que experimentan
con mariguana, una mujer la ha probado. En el caso de los inhalables
esta relación es de siete hombres por cada mujer. |
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Los índices de consumo muestran un marcado aumento conforme incrementa la edad de los usuarios. Por ejemplo, el 2% de los menores de 16 años reporta haber probado la mariguana pero esto ocurre en el 7.8% de los adolescentes con 16 años o más. El consumo de cocaína es de 1.7% en menores de 16 años y de 4.9% en los de 16 años o más. Lo mismo ocurre con los inhalables, donde los porcentajes son 2.9 % y 3.4%, respectivamente (Gráfica 12). |
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El
consumo de este tipo de drogas en general es bajo (Cuadro
1). De manera específica, el consumo alguna vez de tranquilizantes
es de 3.9%, el de anfetaminas de 3.4% y el de sedantes es mínimo (1%).
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En
cuanto a la distribución por género, las mujeres tienen mayor consumo
en los tranquilizantes (4.4% por 3.4%), mientras que el consumo de
anfetaminas es el mismo para ambos sexos (3.4%). |
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Al
observar las tendencias en las prevalencias de consumo en el último
año, entre las encuestas de 1993, 1997 Y 2000 que tienen metodologías
similares, para los hombres se encuentra que el consumo de mariguana
y cocaína ha incrementado. El mayor aumento se presenta para la cocaína
(1.8% a 4%). |
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Para
las mujeres, el consumo de las diferentes sustancias presenta cambios
mínimos entre estos estudios (Cuadro 2). |
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En
general los maestros muestran poca tolerancia social ante el consumo
de sustancias. El 69.9% de los estudiantes indica que sus maestros
verían muy mal si ellos fumaran. En tanto, el 77.7% señala que verían
muy mal si consumieran alcohol, y para el consumo de drogas se percibe
aún menor tolerancia por parte de los maestros, ya que el 92.4% de
los adolescentes así lo reporta. |
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Estos
datos varían bastante cuando el referente de la tolerancia social
son los propios compañeros del adolescente. En el caso de alcohol
y el tabaco, el 68.5% y el 59.8% respectivamente, de los adolescentes
reporta que sus compañeros verían muy mal estas conductas. En el caso
de las drogas este valor es mayor (90.3%), aunque sigue siendo bajo
con relación a lo que perciben de sus maestros (Gráfica
13). También cabe mencionar que las mujeres en general reportan
porcentajes más altos de poca tolerancia social ante el consumo de
estas sustancias. |
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Un
aspecto que protege a los estudiantes con relación al consumo de sustancias,
es el riesgo percibido asociado al consumo. Los resultados del estudio
indican que los adolescentes perciben dicho riesgo como alto. De manera
que el 76.2% reporta que es muy peligroso el uso de la mariguana;
84.1% usar cocaína; 83.4% usar heroína y 82.2% el uso de inhalables.
En tanto, el 52.6% indica como muy peligroso fumar 5 ó más cigarrillos
diarios, y 58.2% lo indica para consumir frecuentemente alcohol (Gráfica
14 y Gráfica 15). |
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De
acuerdo a los resultados obtenidos en la delegación Xochimilco,
el índice de consumo de tabaco y bebidas alcohólicas
por parte de la población estudiantil sigue siendo elevado.
La delegación Xochimilco se caracteriza por tener un bajo consumo de alcohol y tabaco (54.8% y 47% respectivamente) en comparación con el D.F. (61.4% y 50.7% respectivamente). Los resultados de esta encuesta muestran que el consumo de tabaco y alcohol en hombres y mujeres no ha cambiado, ya que los índices de consumo son mayores por parte de la población masculina. El tipo de bebidas alcohólicas preferidas por los estudiantes de ambos sexos son la cerveza, los cocteles y los destilados. Estos datos reflejan que el consumo de alcohol y tabaco es elevado, a pesar de que las leyes prohíben su venta a menores de 18 años, que es la mayor parte de la población de este estudio. Adicionalmente, las drogas que consumen con mayor frecuencia los estudiantes son la mariguana; y le siguen los tranquilizantes y las anfetaminas. Es importante señalar las comparaciones de la encuesta realizada en 1997 y 2000, ya que se observan cambios en el consumo de drogas médicas, principalmente en el uso de anfetaminas alguna vez en la vida por parte de las mujeres y de los hombres, ya que en 1997 había un consumo de 0.4% para las mujeres y para los hombres de 1.3% y en el 2000 hay un consumo de 3.4% para ambos sexos. En lo que se refiere a las tendencias del consumo de 1993 a 2000 en el consumo último año de drogas ilegales, para los hombres, hubo un incremento en el consumo de cocaína (1.8% a 4.0%). En la población femenina, el consumo de sustancias, se mantuvo muy similar. La tolerancia social que demuestran los maestros frente al consumo de drogas es muy baja, lo cual indica que esta práctica no es aceptada. Esta falta de aceptación puede funcionar como un factor de protección ante el uso de sustancias psicoactivas. Por ello es recomendable ampliar la influencia protectora de la escuela, de manera que se promueva la participación de los alumnos en actividades deportivas y culturales, lo cual contribuirá a dar una gama de opciones saludables para que el adolescente invierta su tiempo en ellas y esto contribuya también a una mejor comunicación con su familia. La percepción de riesgo es baja y la tolerancia social es alta en relación con el consumo de alcohol y tabaco. En cuanto al consumo de drogas, la situación es al revés; los estudiantes tienen una mayor percepción de riesgo de consumir drogas y una menor tolerancia social al consumo de drogas. Sin embargo, la percepción de riesgo en relación con la mariguana ha disminuido consistentemente desde 1993, lo cual coincide con el incremento en el consumo de esta sustancia. En general, los datos señalan la importancia de planear programas preventivos para evitar que el consumo de sustancias psicoactivas se siga extendiendo en nuestra población. Aparte de informar y orientar a los estudiantes, sobre las consecuencias físicas, psicológicas y sociales que el consumo y abuso les acarrea, es importante establecer una relación más estrecha con nuestros adolescentes, que permita conocer mejor sus necesidades y sus concepciones sobre el mundo que les rodea. La tarea no es sencilla, ya que es necesario reforzar nuestros valores, normas y estilos de vida en una sociedad que ha cambiado mucho y que presenta una problemática importante de desorganización social y de alta criminalidad, por lo cual es importante diseñar nuevos instrumentos de prevención y reforzar los ya existentes, como el PEPCA, con nuevas ideas que los enriquezcan.
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