CONCLUSIONES DISTRITO FEDERAL

            Los resultados de la evaluación de 1993 confirman la tendencia observada en estudios anteriores en lo que se refiere al elevado índice de abuso de tabaco y bebidas alcohólicas entre los estudiantes de educación media y media superior. Un alto índice consume grandes cantidades de alcohol semanalmente, práctica que se asocia con el consumo de cerveza y de las bebidas conocidas como "cocteles" y "coolers", principalmente.

            Parece ser que para estos jóvenes, en su mayoría menores de edad, el consumo de estas sustancias es una práctica normal que se incrementa con la edad sin mostrar cambios significativos a partir de que se pueden comprar y consumir legalmente. El tabaco y el alcohol son las sustancias que consumen mayor número de amigos, que presentan los índices más bajos de percepción de riesgo, los más altos de tolerancia social y que presentan menor motivo de preocupación o necesidad de información.

            El consumo de otras sustancias es menor, sin embargo, resaltan dos hechos: el primero es que de 1991 a 1993 no aumenta en forma significativa el índice de experimentación con sustancias, pero si se incrementa la proporción de casos activos de cocaína y alucinógenos, es decir, el número de jóvenes que consumió estas sustancias en los 30 días previos a la encuesta; el segundo factor a considerar es la presencia de consumo de crack, que si bien se trata aún de casos aislados, se presentó en varias delegaciones.

            Después del tabaco y el alcohol, los inhalables son las sustancias con las que se ha experimentado más, si bien la mariguana ocupa el primer lugar en el índice de casos activos. Las primeras sustancias son más propias del grupo de edad de 16 a 18 años, mientras que el uso de mariguana es más común en los grupos de mayor edad.

            Se observan diferencias importantes por delegación, destacando Cuauhtémoc y Coyoacán por sus mayores índices de consumo de bebidas alcohólicas, mariguana y cocaína; Azcapotzalco por sus índices superiores en uso de Inhalables, crack, mariguana y alcohol; Benito Juárez, de tabaco, alcohol y crack; Iztacalco, de casos activos de cocaína, y Cuajimalpa por la desviación hacia un mayor uso de crack y alucinógenos.

            Los índices de tolerancia social se mantienen bajos, desafortunadamente también los asociados con la percepción de riesgo. Sin embargo, se encuentra también mucho interés por parte de los estudiantes de recibir información y participar en programas que se ocupen de estos fenómenos.

            En las respuestas de los estudiantes a las preguntas de opinión, se percibe que tienden a pensar que la calidad de la información que reciben a través de los medios de comunicación o de la escuela es similar. Sin embargo, hubo una preferencia de los estudiantes por señalar que la escuela es el medio preferido para recibirla.

            También hay una tendencia a dar credibilidad a la información impartida por cursos y conferencias, y solo una proporción menor manifestó preferir a los medios de comunicación masiva (televisión, radio, revistas, etc.) como informantes.

            En este sentido, existe una clara inquietud para crear foros por medio de los cuales los sectores involucrados en la educación propongan soluciones concertadas y eficientes. Este orden de cosas no obsta, sin embargo, para que la mayoría de los estudiantes opinen que el cúmulo de información que reciben por uno u otro medio de información les permita ser críticos y reflexivos respecto a los problemas que atañen a la juventud.

            El sentir de los estudiantes es que la drogadicción es un problema importante en la comunidad escolar, y que la falta de información, particularmente en el área de la sexualidad, es origen de muchos problemas. En este mismo orden de ideas, una proporción importante de estudiantes señaló la necesidad de recibir información referente al cuidado del medio ambiente.

            En general, se observa una tendencia a demandar mayor calidad y cantidad de información. Se puede inferir que si se trabaja en el mejoramiento de los servicios ofrecidos por la escuela en materia de educación preventiva, seguramente se alcanzarán buenos resultados ya que existe la disposición y la necesidad del estudiantado de participar en su desarrollo pleno.

            Finalmente, los resultados de la encuesta nos indican, que si bien existen esfuerzos para informar y combatir problemas propios de la juventud, estas medidas tienen que coordinarse y responder con mayor precisión a las necesidades reales de los usuarios.